Análisis de Toybox Turbos

Si sois de aquellos que recuerdan los buenos días de Micro Machines con una sonrisa nostálgica, entonces Toybox Turbos os interesará mucho. De hecho, este título de Codemasters retoma la experiencia allá donde Micro Machines V4 la dejó: es la continuación con un nombre diferente, además de tener unos gráficos actuales y un ángulo de cámara moderno. Sin embargo, si habéis jugado a V4, ya sabréis en qué os estáis metiendo antes de comprar este juego que sólo se vende como descarga digital.

Hay dos opciones de juego dentro de este nuevo título: la campaña para un jugador y el modo multijugador. En el primer caso, tendréis que pasar siete fases diferentes con elementos cada vez más difíciles y, en cada fase, podréis elegir diferentes actividades con las que divertiros, desde las carreras para cuatro vehículos, hasta carreras contrarreloj, pasando por otros desafíos más creativos para no aburrirse nunca.

A decir verdad, no hay demasiados modos y se reciclan a menudo. En uno tendréis que adelantar a un número concreto de coches; en otro tendréis que escapar todo el tiempo que podáis de una ola; y en otro habrá que coger los relojes para ganar tiempo y completar tres vueltas al circuito. Por lo menos, los eventos aparecen en pistas distintas, lo que hace que no sea cansino.

Al final de cada carrera, dependiendo de cómo lo hayáis hecho, se os premiará con algunas estrellas de oro: puede que os den tres, dos, una o ninguna. Además, durante las carreras, podréis recoger monedas doradas y gastarlas en otros coches con los que poder correr después.

Por otro lado, cuando habéis completado los eventos de una de las siete fases, os enfrentaréis a la carrera final o la batalla contra el jefe, si lo preferís. En este caso particular, el formato cambia y a ambos se os dan cuatro puntos. Para vencerlo, tendréis que sacarle mucha ventaja para que el jefe se salga de la pantalla, destruirlo o echarlo de la pista; si lo conseguís, conseguiréis un punto y el jefe pierde uno. Así, el primero que llegue a ocho puntos, gana.

Estas batallas contra los jefes pueden durar un buen rato y, cuando esto ocurre, se cambian las reglas y el perdedor no pierde puntos, por lo que se convierte en una carrera por llegar al final. De hecho, estas clásicas batallas contra los jefes también forman la base del modo multijugador. A ver, seremos sinceros: no somos muy fans de los modos multijugador cuando hay que luchar contra la IA, principalmente porque no tiene sentido seguir luchando si perdéis la primera ronda, más que nada porque si recomenzáis la batalla estaréis en mejor posición que antes. Además, si jugáis contra otros jugadores, siempre podéis bromear un poco con ellos y divertiros, mientras que, al jugar contra los calculados movimientos de la IA, se pierde muchísimo la gracia. Para más inri, ganar no da la misma satisfacción y perder no es más divertido.

A medida que os abrís paso por las siete fases, os encontraréis con una selección de los circuitos que tiene el título, cada uno con varios trasfondos. Podemos destacar algunos circuitos muy agradables, salpicados por divertidos obstáculos. Por ejemplo, en una pista podéis estar corriendo por una cocina, evitando las gotas del fregadero y, en el siguiente circuito, tendréis que dar vueltas a una mesa de billar o saltar por un proyecto de volcán hecho a mano. En algunas de las carreras, la dinámica cambia gracias a las armas: martillos, minas, 'shocks' eléctricos, ametralladoras, etc. (Aunque puede que vuestros enemigos no utilicen demasiado las armas, no sabemos por qué). Las armas las podéis conseguir en algunos puntos de la carrera y saber cuándo usarlas y colocarlas adecuadamente puede ser crucial para poneros en cabeza de carrera.

Además, los circuitos tienen una pinta genial, están llenos de colorido y tienen algunos temas interesantes como decorado. Podéis elegir ver el juego desde la típica perspectiva cenital de Micro Machines o con el nuevo ángulo de cámara más dinámico, con el que es mucho más fácil navegar, pero que pierde ese punto de nostalgia. Visualmente es divertido y está lleno de detalles, atajos y caídas peligrosas, trampas y demás obstáculos. Nuestra principal queja es que se ve claramente que no se han arriesgado con los diseños y esos fantásticos momentos de entrar en una tostadora para que te lance por los aires hacia la otra parte de la pista son la excepción que confirma la regla. En general, a nosotros nos dio la impresión de que podrían haber hecho diseños mucho mejores.

En cuanto a los vehículos, la elección es muy variada: hay muchos coches para desbloquear (con las monedas que os comentamos antes) y cada uno puede personalizarse con diferentes pinturas. El manejo de cada vehículo viene determinado por tres factores principales y, aunque escoger el coche adecuado para la carrera es bueno, por lo general con ser el más rápido llega. Los propios coches tienen un buen manejo y giran genial en las peligrosas curvas. Lo que está claro es que no es una simulación, más bien es un título de carreras arcade muy divertido que prefiere tirar por lo seguro.

En sí, el modo para un jugador no dura más que unas pocas horas, pero la verdadera ventaja en cuanto a tiempo de este título (tened en cuenta que es un juego digital y con un precio relativamente bajo) es el multijugador. Desde luego es lo más notorio de la experiencia.

En él, podéis competir con hasta cuatro personas, tanto en modo local como online. El multijugador local es sencillamente genial y sin duda alguna la mejor forma de jugar, si los integrantes están equilibrados. Por ejemplo, si uno de los corredores conoce las pistas, tiene una gran ventaja sobre los demás, por lo menos al principio, pero incluso los nuevos pillan el concepto relativamente rápido y se ponen a dar guerra a la mínima. Si tenéis mandos de sobra, Toybox Turbos se convertirá en vuestro nuevo juego para las fiestas en casa, más que nada porque las partidas son rápidas y hay muchas formas de fastidiar a tus amigos y echaros unas risas.

En cuanto al multijugador en línea, la experiencia no fue tan buena: a veces tuvimos un poco de 'lag' y veíamos como los coches se comportaban de formas extrañas y hacían movimientos que no habíamos visto en los otros modos. Eso sí, si funciona bien, igual que ocurre con el local, la diversión está asegurada y echar sal en la herida de un colega nunca pasa de moda. Dicho esto, también tenemos que decir que jugar con extraños es casi tan satisfactorio como competir contra los jefes.

Aún es pronto, así que podéis esperaros unos servidores bastante llenos y, de hecho, nosotros no tuvimos que matarnos por conseguir partidas (aunque no todas tenían a cuatro jugadores, en cuyo caso se rellenaban con 'bots'), aunque sí que hubo algunos errores y algunas escenas que no favorecieron la experiencia.

Sin embargo, lo más frustrante es la falta de variedad en los modos multijugador. Jugar contra otra gente es superdivertido, pero habría sido mejor si tuviese otras opciones alternativas. Es decir, podéis adaptar los ajustes a vuestros gustos: cambiar la pista, tipos de coches disponibles, o incluso añadir y cambiar las armas, pero el juego hubiese agradecido más flexibilidad y más modos.

En general, Toybox Turbos es un juego de carreras muy decente. Es gracioso y le faltan opciones, pero al público más joven le encantará y para aquellos que sentimos nostalgia, en este título hay material de jugar para rato. Es cierto que no es el título de carreras en miniatura que habríamos querido que llegara a ser, pero es muy divertido y, al final, eso es lo único que importa.