Análisis de Knack 2

Cuando se lanzó Knack en 2013 como parte del catálogo de lanzamiento de PlayStation 4, su estilo artístico y el concepto de juego enamoraron a muchos a primera vista, pero algunos problemas en su jugabilidad y el diseño hicieron que el título pasara más desapercibido de lo que a Sony y su 'arquitecto' Mark Cerny les hubiese gustado. Ahora nos llega Knack 2, continuación directa de aquel título, y ahora parece que, sin tantas prisas, todo encaja mucho mejor.

Volvemos a ponernos en las piezas (por decirlo de algún modo) de Knack, una criatura artificial creada a partir de los artefactos antiguos que se encuentran dispersos por el mundo. Knack puede ir absorbiendo más piezas de artefactos, aumentando su tamaño y sus habilidades. Gracias a sus características únicas, puede adaptar su tamaño a las necesidades de avance y de combate.

A pesar de que la historia tampoco tiene un excesivo peso y profundidad, hay ciertos giros y sorpresas que enganchan hasta cierto punto. Han pasado unos años desde que Knack y su amigo humano Lucas salvasen al mundo de la amenaza goblin de Gundahar, pero ahora parece que una investigación arqueológica realizada por Lucas ha despertado una amenaza aún mayor. Viejos y nuevos amigos y enemigos aparecerán en la historia, en la que no todo es lo que parece.

Una primera escena que hace las veces de tutorial nos sumerge de lleno en una batalla en medio de la ciudad de New Haven contra unos robots gigantes. Es ahí donde empezamos a comprender las habilidades y posibilidades que nos ofrece el personaje. Knack puede ahora encogerse y agrandarse a voluntad, y tiene un sistema de combate mejorado que empieza siendo muy simple pero a medida que avanzamos en la aventura iremos refinando, aprendiendo nuevas habilidades y consiguiendo objetos que nos proporcionan ventajas en combate.

Para obtener los puntos de habilidad hay que ir derrotado a los enemigos e ir obteniendo energía del cristal e ir rellenando un contador. Primero se desbloquea una de las cuatro Sendas (Velocidad, Combate, Habilidad y del Maestro) que va incrementando nuestra fuerza en los golpes o en esquivar. Esto último es muy importante, ya que el combate frontal pocas veces será efectivo y seguramente acabe en derrota y vuelta al punto de control. Incluso los enemigos más pequeños y débiles nos pueden poner en un aprieto si no valoramos la estrategia a seguir. Pero este sistema de progresión es algo lento y resulta imposible desbloquear las habilidades antes de acabar el juego.

Además de sus habilidades para el combate estándar, Knack también puede hacer uso de elementos del entorno para utilizarlos tanto en el combate como en la resolución de puzles. Aquí es donde podemos disfrutar de algunos de los mejores momentos que nos deja esta aventura. Podemos absorber materiales de forma temporal como metal, hielo o cristal transparente que le proporcionan ventajas únicas temporalmente, como la activación de mecanismos, el sigilo y golpes más potentes. No son muy comunes, aunque sí que aparecen en mayor frecuencia que en la primera entrega.

Los cristales de súper-habilidad son otra de las ventajas ocasionales que podemos obtener en los combates más difíciles. Knack conseguirá invulnerabilidad al tocar uno de estos cristales durante unos segundos preciosos, haciendo que además pueda utilizar poderes como las espadas de cristal o el golpe explosivo con el cuerpo. Nos salvarán en más de una ocasión.

Los escenarios en esta ocasión sí que han mejorado. La gente de JAPAN Studio ha tomado buena nota del feedback de la primera parte y ha desarrollado una variedad de escenarios más o menos abiertos en los que podemos explorar e investigar en busca de secretos. Existen varios tesoros divididos en partes que al juntarlas proporcionan ventajas permanentes como el uso de cristales aturdidores o un medidor de vida para los enemigos. También hay como coleccionables sets de gemas que permiten cambiar el aspecto de Knack.

En el plano artístico han añadido poco, aunque eso no importa. Knack 2 sigue en la misma línea que su predecesor, con un estilo de película de animación en 3D que funciona y hace atractivo el juego en todo momento tanto a niños como mayores. Además, las fases del juego se desarrollan en distintos lugares, donde las paletas de colores cambian y la variedad de estructuras y caminos se agradece.

No es que tenga múltiples caminos para salvar un obstáculo, pero al menos la sensación al recorrerlos es de una mayor libertad que si fuera un camino único del que no puedes salirte. La búsqueda de tesoros ocultos añade opcionalmente unas horas extra a la experiencia (en nuestro caso, completamos el juego en dificultad normal en 10 horas y media).

Hemos querido dejar para el final lo que quizá sea el mejor añadido de la entrega, el modo cooperativo. Tanto en el modo online como en local al conectar un segundo mando, aparece automáticamente un "gemelo" con la corteza azul de Knack que cuenta con sus mismas habilidades y que desatará un caos en pantalla. Además, el modo cooperativo permite utilizar habilidades únicas al usar combinaciones de ataques o usar el cuerpo de uno de los knacks como arma. Quizá en los modos más fáciles hagan el juego un paseo, pero no en el modo difícil (y el súper-difícil, bloqueado en la primera vuelta hasta completar el juego).

Si tuviéramos que ponerle alguna pega que nos haya hecho arrugar el ceño ha sido la cámara, que en algunas ocasiones está enfocada de tal forma que no puedes medir las distancias en los saltos o al apuntar a enemigos, y que generaba una dificultad y unas muertes algo innecesarias. También que durante algunas escenas contra ciertos enemigos que hubieran hecho lucir el combate se ha utilizado el sistema de Quick Time Events (pulsaciones rápidas de botones), que te saca un poco de la acción y el ritmo de la fase. Aun con todo, este más que correcto título hará que los amantes de las plataformas y la acción lo tengan como uno de los destacados de este año.