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Tales of Arise

Análisis de Tales of Arise

La historia de Máscara de Hierro merece ser vivida.

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Hay platos que se tienen que cocinar a fuego lento, y Tales of Arise es uno de esos. Debo reconocer que nunca antes había jugado a la franquicia, pero siempre tuve esa curiosidad por conocer a una franquicia JRPG tan longeva, pero a la vez tan a la sombra de titanes como Final Fantasy y Dragon Quest. Ahora, mi lado amante del rol nipón vive con miedo, porque no sé si Tales of Arise es la enésima muestra de lo que puede ofrecer una serie realmente buena, o es la sorpresa tras una serie de entregas mediocres.

Sea como sea, que quede claro: Tales of Arise es una joya que sorprende si le das tiempo para respirar. Podría estar más pulida, sí, pero eso no le impide brillar.

Tales of Arise

La historia de dos planetas enfrentados tras una invasión. Rena ha tomado el control de Dahna y ha esclavizado a su población durante 300 años. Un punto de partida bélico que ya empieza a vislumbrar hacia dónde se dirige la trama protagonizada por el amnésico Alphen, cuyos primeros minutos en pantalla recuerdan mucho a Eustache Dauger (¿A quién? Ya lo entenderéis), y Shionne, una joven renana perseguida por los de su propio planeta y con una peculiar maldición, las Espinas, que causan un horroroso dolor a quien la toque.

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Qué suerte que Alphen no sienta dolor, y qué casualidad que no recuerde nada. Con la premisa de liberar al pueblo de Dahna y acabar con los cinco señores de Rena que controlan el planeta usando los poderes de sus Núcleos elementales, y que ahora están enzarzados en el Concurso de la Corona que decidirá quien será el próximo gobernante de todos los renanos, los protagonistas exploran todos los rincones del planeta en una aventura que mira incluso a las estrellas. Por cierto, en dicho concurso el ganador se decide en base al que logre explotar más los recursos energéticos de Dahna. Por si quedaban dudas de quiénes son los malos y cuán malos son.

Claro, este planteamiento inicial con dos personajes tan arquetípicos, con un protagonista bueno con todo el mundo, acompañado de una 'tsundere' de manual, puede generar rechazo. Las historias en los videojuegos y, sobre todo, en los de este género, han demostrado que pueden dar mucho más de sí y plantear tramas complejas y sorprendentes. Y Tales of Arise empieza muy flojo en ese aspecto. Pero cuidado, porque tarda poco en empezar a sorprender y a quitarse el lastre de la familiaridad para romper con giros, momentos muy duros y otros muy ligeros.

Tales of Arise

Las sorpresas van llegando ya no solo a nivel argumental. El reparto principal crece hasta contar con 6 integrantes, y lo curioso es que, aunque parten de bases muy manidas, todos logran llamar la atención por su diseño, por su trasfondo y por su desarrollo tanto a nivel personal como de equipo. Tales of Arise trata con mucho mimo a sus personajes y no duda en hacer que conectes con ellos y busques la afinidad con quien más empatices, para eso mismo ofrece esas charlas que se activan con el botón R1 (hemos jugado en PlayStation 5), o la posibilidad de hablar con quien quieras antes de dormir cada vez que se acampa.

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También resulta familiar, aunque por menos tiempo, su sistema de combate. La acción cobra total protagonismo a la hora de luchar y lo mejor es que, aun en una dinámica de puro frenesí, logra introducir componentes estratégicos perfectamente medidos. Cada luchador tiene su propia forma de pelear y mecánicas propias, cada uno tiene unas ventajas y problemas, cada uno es útil.

Shionne es ideal para enemigos voladores, Kisara viene genial para bloquear ataques, Rinwell anula conjuros y lanza hechizos, Law es un karateca perfecto para el cuerpo a cuerpo, Alphen es un espadachín ágil y contundente y Dohalim combina magia y golpes con su enorme agilidad. Y todos van progresando, aprendiendo más al combatir, con árboles de habilidades propios y con algunos elementos comunes, pero bien repartidos.

Tales of AriseTales of Arise

Esos son los ingredientes principales. El aderezo son las Artes, habilidades activas que usas pulsando diferentes botones y consumen IA (empiezas con 3 disponibles en combate, pero luego se duplican para que todavía tengas más opciones); las Artes Místicas, ataques especiales que se activan en estado Sobrelímite; y los ataques combinados entre dos luchadores. Tales of Arise logra combinar todo esto, incluso suma más factores todavía, como las esquivas perfectas o la posibilidad de determinar el comportamiento de tus compañeros en batalla, y consigue no abrumarte ni perderte. Las peleas acaban siendo todo un festival de luces, golpes, combos y efectos de magia que pueden marear a cualquier espectador, pero que al jugador le dan esa satisfacción de saber que tiene el control para marcar el ritmo.

Pero no todo es bueno. Hay ciertos picos de dificultad considerables ya en los primeros compases del juego, y se echan en falta explicaciones más intuitivas. Puede que servidor sea un auténtico zopenco, pero no descubrí cómo cambiar de personaje durante la pelea hasta rondar la decena de horas de partida (L1 + Dirección del D-Pad correspondiente, por si os sirve). Hasta entonces, me había limitado a 'invocarlos' con el D-Pad.

Tales of Arise

Es más, en general, Tales of Arise necesita explicarse mejor, o al menos ser más intuitivo. No me malinterpretéis, queda muy claro qué tienes que hacer en cada momento. Pero rara es la vez que no tienes que hacer el desfile de entrar al menú, mirar el registro, ver la misión activa, consultar su ubicación en el mapa, salir del menú, abrir el mapa y buscar el camino a seguir. La agilidad volcada en el diseño del sistema de combate contrasta por completo con la absoluta torpeza a la hora de informar al jugador, de facilitar la navegación por sus menús y mapas.

Pensaba, por otra parte, que seguir sin meter el pie en la fórmula del mundo abierto le pasaría factura, pero con el paso de las horas esa idea desaparece. Sigue siendo algo tosco toparse con mapas en los que hay pequeñas pantallas de carga entre sección y sección, pero hay un buen diseño estructural, y sobre todo artístico. No se echa en falta, porque el mundo de Tales of Arise no deja de ser enorme y está plagado de toda clase de monstruos, o Zeugles, (aunque algunas sean 'reskins' de anteriores). También trata de sumar un ligero toque estratégico a la hora de explorar, puesto que hay acciones que se ejecutan usando PC (Puntos de Curación, aquí no hay puntos de magia)

Lo es. La dirección artística de este juego es una de sus mayores fortalezas. ToA abandona el estilo de todos los anteriores y consigue tener su propia personalidad, con un acabado que combina el cel shading con toques de acuarela, pero sin dejar de mirar a los estilos del pasado. Montes nevados, bosques, montañas con acantilados, praderas, minas, cavernas, ciudades, poblados, canteras... Todo goza de unos acabados sorprendentes y construye paisajes únicos, solo hay que comparar Calaglia con Elde Menancia, por tomar un ejemplo. Algunas estampas, desde luego, quedan para el recuerdo.

Tales of Arise

Por eso es una pena que, en PS5 al menos, sea fácil percatarse del 'popping' de elementos y texturas al moverte por el mundo, o que haya algunas caídas de FPS en determinados momentos. He jugado en todo momento en modo Rendimiento, porque esa suavidad y fluidez es necesaria para exprimir bien los combates. El modo Calidad puede elevar la resolución, sí, pero sacrifica fotogramas y, en general, no logra una diferencia verdaderamente considerable.

También, por potente que sea en sus mecánicas y lo bien que pueda lucir, flaquea a la hora de alimentar a su mundo. Las misiones principales llevan la voz cantante, está claro, pero sería imposible hacerlo de otra forma cuando tiene unas secundarias completamente olvidables. Matar a x Zeugles, ir a recoger un objeto, ir a entregar otro, ir a hablar con NPC... El mal de las secundarias JRPG también baña a Tales of Arise. Su utilidad se limita a ser una fuente de dinero y PH para aprender habilidades, lo que hace que dejen de ser un mero accesorio para ayudar con el 'grindeo'. Un poquito más de mimo, como el que tienen el minijuego de pesca o incluso la granja, habría sido suficiente. De verdad.

Sigue y seguirá siendo reprochable hasta que en Japón logren meterse en esta faena con ganas, aunque no es un lastre que llame la atención. Sí que llama la atención su banda sonora. Motoi Sakuraba ha hecho un genial trabajo, no ha tenido miedo a explorar géneros y combinar elementos, con rock, coros, música clásica y lo que se le ponga entre ceja y ceja. Algunas canciones son realmente buenas y derrochan épica en cada nota. Pero hay dos problemas: les falta un pequeño peldaño para ser temas realmente memorables, y no siempre se usan en el momento adecuado.

Tales of Arise
Tales of Arise

Cuando un juego empieza ya dándolo todo a nivel musical, luego no puede sorprender. Lo épico se vuelve normal y la fuerza de la música se diluye. Sigue estando ahí y su presencia es notable, pero pierde efecto. Qué pena.

Los detalles que rematan el conjunto son aquello en lo que Tales of Arise flaquea. Pero eso no le quita méritos. La serie ha dado un importante paso al frente renovando estilos, con una historia que alegra y duele y con un sistema de combate que pone la guinda a un juego de rol contundente, que engancha rápidamente y que luce de escándalo. Y me quedo con eso, porque el viaje de Alphen es de los que marcan, pero a su vez dejan la sensación agridulce de ver a alguien capaz de alcanzar la excelencia, pero quedarse a sus puertas.

Tales of Arise
08 Gamereactor España
8 / 10
+
Las batallas son una auténtica delicia. Todos los personajes acaban siendo interesantes. El cambio de motor le ha sentado muy bien.
-
Secundarias vacías. Algunos picos de dificultad. La navegación por algunos elementos es poco intuitiva.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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