Análisis de TxK

No hay duda de que los antecedentes de Jeff Minter aportan un toque extra de interés a sus juegos. Refugiado en algún lugar del campo galés, Jeff y su compañero pasan su tiempo codificando juegos que rezuman pasión por las recreativas de la vieja escuela.

En su parcela hay muchos animales, como cabras, perros o llamas, y todos han contribuido e inspirado los juegos, aparte del nombre del estudio, Llamasoft.

Considerando el entorno verde, la vida rural y los animales, sería fácil pensar que los juegos terminarían siendo creaciones 'family friendly' monísimas, quizá al estilo Little King's Story o Harvest Moon, pero en lugar de eso, Minter se ha centrado en las experiencias psicodélicas, con explosiones de colores y formas que se esparcen por la pantalla desde los días de Commodore 64. Por eso se ha ganado el calificativo de especie de techno hippie retro moderno, pero si lees su blog la sensación que te queda es que está demasiado inmerso en su forma de vida como para que le preocupen las etiquetas.

Saber todo esto no es para nada esencial para disfrutar de TxK, pero responderá algunas de las muchas preguntas que probablemente te surjan tras haber echado la primera partida, especialmente si eres nuevo en la experiencia Llamasoft.

Esa posible experiencia previa también te ayudará en tu lucha por llegar a lo más alto de las tablas de clasificación. TxK es el cuarto juego del estudio inspirado en el clásico Tempest de Dave Theurer. La premisa es la misma que en el clásico: cada fase consiste en un nivel de tres dimensiones que se despliega delante del jugador. Su avatar, el llamado Crab, está más cerca del jugador, mientras todo tipo de enemigos intentan escurrirse, capturarlo y quitarle una vida. Para prevenirlo hay que disparar sin parar a todo lo que se mueva. Una premisa muy simple.

Pero Llamasoft ha encontrado diversas formas de refinar sus anteriores variaciones de Tempest, y con TxK ofrecen la versión más jugable del clásico que hayamos probado hasta la fecha. Todo empieza con los variados power-ups, algo que siempre tiene un efecto positivo sobre la partida según avanza.

El Jump te permite salirte del marco para disparar sobre los enemigos que se han escabullido. Droid te proporciona un pequeño ayudante que felizmente se enfrenta a los enemigos que no puedes alcanzar en el fragor de la batalla. Particle Laser te otorga láseres más potentes. También hay potenciadores que añaden precisión para puntuar mejor, e iconos que te envían a niveles oníricos de bonus.

La mayoría de estos elementos se introdujeron antaño, en Tempest 2000, pero la diferencia ahora es que Llamasoft los implementa de tal forma que la experiencia tiene un mejor ritmo y resulta más gratificante para los que invierten su tiempo en dominar las mecánicas de juego. El devastador Superzapper que se recarga entre cada nivel y que normalmente se usa para limpiar la pantalla por pánico, se usa ahora de forma mucho más útil para salvar vidas.

Ahora tienes una fracción de segundo justo después de capturarte para activarla, con lo que cuentas con una oportunidad adicional para sacar más puntos de cada una de tus vidas. Pero la Superzapper también se puede emplear en esta ocasión de forma ofensiva, al otorgar cada enemigo 'zappeado' el doble de puntos. Este formato plantea situaciones que recuerdan a las del Space Giraffe de Minter, en el que lo aconsejable es dejar que se llene la pantalla antes de activar el zapper.

Si te motiva o no el pique por alcanzar la máxima puntuación es otro factor a tener en cuenta para saber si TxK es un juego para ti, porque es en realidad su alma y esencia. Por lo mismo, es positivo que este sistema esté tan bien concebido. Cada nivel te da una puntuación que luego se suma a las de los otros niveles para tu puntuación total, y sólo esa última es la que se considera para el ranking. Por lo tanto, debes volver y rejugar niveles anteriores para intentar sacarles más jugo. Es un sistema sencillo, pero que multiplica la rejugabilidad.

Además, TxK no es solo el tipo de juego que deberías descargar por lo bien que funcionan sus mecánicas o lo adictivo que puede ser. La combinación de coloridas explosiones, formas raras y una banda sonora que le va como un guante también ponen su parte importante en la experiencia. Y las psicodélicas tonalidades de Llamasoft jamás habían encontrado un hogar mejor que la pantalla OLED de PS Vita. Es todo un espectáculo visual.

Esa música tan apropiada se convierte en la estrella del juego, consistiendo casi en su totalidad en el tipo de contundentes ritmos electrónicos que dominaban la escena club en los años 90. Recuerda al mejor trance, con un toque de breakbeat, y no tiene ni rastro de dubstep (lo que, paradójicamente, resulta refrescante hoy día). La música se fusiona con los gráficos y rápidamente te llevan a ese estado de alta concentración en el que todo lo que ocurre fuera de la pantalla es solo un borrón.

Hay muchas razones por las que deberías regalaros a ti y a tu Vita un TxK. El sistema de juego es muy, muy fino y preciso, la banda sonora memorable y es el tipo de juego con el que siempre apetece "echo una más y la puntuación más alta es mía". El precio es de 7 euros, y con un tamaño inferior a 100 MB debería ser fácil de digerir. Si tienes una PS Vita lo consideramos uno de los imprescindibles; hazte con él por las llamas, por Jeff Minter y naturalmente por ti mismo.