La Tierra Media: Sombras de Mordor - impresiones

La primera escena que el estudio Monolith nos ha enseñado de La Tierra Media: Sombras de Mordor en Londres es bastante increíble. El héroe Talion aparece erguido sobre un elevado a gran altura, contemplando el amplio valle de Mordor, alcanzando hasta el mar de Núrnen. Los rayos de un sol muy bajo ciegan al protagonista, que viste una armadura cubierta de filigranas. Con esa postura y desde esa posición privilegiada, parece el hermano musculoso de Ezio Auditore da Firenze. De veras. Cuando salta al vacío, se mueve justo como el assassin de Ubisoft. Pero en el suelo no le espera un carro de paja para amortiguar su caída, sino la realidad rocosa de una región que había controlado Gondor durante cientos de años, pero que ahora ha sido invadida por Sauron.

En este videojuego en tercera persona tenemos que ajustar cuentas en la piel de este nuevo y joven héroe. Un héroe involuntario, pues fue ejecutado brutalmente por las fuerzas de Sauron en las Puertas Negras, junto a su familia. Pero su alma decidió que se quedaba, y el montaraz vuelve al mundo como un fantasma. Como jugadores, podemos controlar sus dos presencias, lo que proporciona un buen rango de servicios. En forma de espíritu, Talion tiene la capacidad de analizar su entorno con una especie de visión detective, para espiar a los enemigos, que vienen en tres clases distintas. Los orcos pueden ser soldados de a pie, comandantes más repugnantes o líderes militares, nuestros mayores enemigos.

Es un poco complicado explicar cómo va el juego. Los enemigos son orcos que se van generando aleatoriamente y que siguen nuestra trayectoria y el transcurso de la historia. De hecho, los oponentes orcos se pueden admirar en una pantalla por separado, donde analizamos sus interdependencias. Es posible atacar directamente al líder, pero nada recomendable. O atacar a sus protectores, opcionalmente derrumbar su voluntad y obligarlos a traicionar a sus maestros... e incluso a matarlos. Hay que hacer clic sobre ellos para generar automáticamente un evento a seguir posteriormente. El resultado de estos duelos entre orcos PNJ depende de sus habilidades y, lógicamente, de cuánto intervengamos. Sin duda, se trata de un componente fresco y emocionante para la estructura de misiones.

El mundo de juego de Sombras de Mordor se limita a los confines de esta tierra oscura, pero la visión que tiene Monolith sobre la misma parece realmente enorme. Sólo pudimos dar una vuelta por una sección reducida, y aun así estaba dividida en varios sectores de cierta extensión, muchos con sus propias torres para opciones de viaje rápido. En estos sectores se encuentran poderosas fortalezas, rodeadas de fragmentos de edificios destruidos por la guerra y pequeños campamentos. Todo se puede escalar y explorar. Eso sí: en cualquier lugar te esperan los problemas.

Los combates son dinámicos y dejan bastante libertad. Talion puede enfrentarse a sus enemigos a espadazos, lo que rápidamente deriva en agitadas batallas contra una docena de orcos. Una y otra vez van apareciendo poderosos capitanes y líderes militares, introducidos por breves secuencias de estilo cinematográfico que rompen la composición de 'quick time events' y peleas de acción directa. Las batallas son fluidas y desafiantes, por mucho que un orco suelto no plantee demasiado reto. Pero es que un orco rara vez va solo. Finalmente, un sistema de cuenta de bajas va sumando mientras sube nuestra experiencia.

Volviendo al aspecto aleatorio, lo más sorprendente de los enemigos es que están generados de esa forma única aprovechando el sistema Nemesis del estudio, y lo mismo ocurre con todos los eventos asociados. Esto garantiza que cada jugador pueda vivir su propia experiencia de juego, a veces radicalmente diferente a la de otros. El mundo abierto permite, por otro lado, aplicar diferentes estilos de juego. Uno puede intentar avanzar con una simple barra de hierro como arma, pero es muy difícil. O puedes dominar el arco, pulsar el botón X o cargar directamente contra los adversarios.

El sistema también permite dominar/controlar la vida salvaje, por ejemplo sometiendo fácilmente a leones salvajes para convertirlos en monturas. Desde su lomo, es posible luchar con espada, arco y flechas. Incluso hay habilidades para prender las capas de los orcos y que ardan en llamas. Los animales escalan con la misma facilidad que Talion, por lo que cuando nos empezábamos a acordar otra vez del parecido con el assassin de Ubi, la experiencia a lomos de los animales realmente añadió una nueva dimensión.

Sin embargo, lo más divertido son esos encuentros con los orcos, porque aparte de tener un aspecto fantástico, están diseñados para ser radicalmente distintos. Los hay alcohólicos enanos que no son buenos como líderes militares y que llevan sólo un guardaespaldas. Cada orco cuenta con sus fortalezas y puntos débiles, lo que genera notables diferencias en el combate. Por ejemplo, al borracho lo podemos quemar junto a todo su suministro de grog. Otros jefes son más vulnerables a los ataques sigilosos desde arriba, bebiendo otra vez de juegos como Assassin's Creed o Batman: Arkham City en una inspiración que no debe considerarse negativa.

Porque hacer un copia-pega en condiciones y bien aplicado no molesta a nadie. El director de arte Michael de Plater está al tanto de estas comparaciones y similitudes, es totalmente consciente, pero también señala con toda la razón del mundo que la experiencia de juego en Mordor es muy propia y con cierta distinción. Aunque otros elementos como el mapa también sean un ejemplo muy típico de los juegos de mundo abierto.

Los jefes derrotados dejan caer poderosas runas que se emplean (cinco por arma) para potenciar diversas propiedades. De esta forma, incluso las espadas y los arcos reciben un punto de personalidad, como recuerdo de las grandes batallas libradas. Como gesto genial, las runas que aparecen llegan a basarse en la forma empleada para eliminar a los orcos, y añaden habilidades especiales al arma en concreto para que encajen exactamente con el estilo de juego. La presentación cuando intentamos dominar a un orco después de agarrarlo es realmente impresionante, pero en el caso de los jefes sólo puede darse cuando el icono se pone verde sobre su cabeza. Si los agarras en ese momento, puedes ver el terrible temor de un monstruo que sabe lo que toca a continuación. Bastante espeluznante al estilo del Señor de los Anillos.

Otra cosa que nos ha sorprendido es que Sombras de Mordor tiene un aspecto visual realmente bueno, aunque emplea un look más naturalista que puede resultar aburrido en ocasiones. Pero eso no ha ocurrido durante la última demo. Quizá sea porque las luchas son extremadamente violentas y porque hay brutales secuencias de finalización con decapitaciones y cabezas de orco volando por la pantalla, impulsadas por fuentes de sangre o con espadazos que atraviesan ojos. Lógicamente, todo eso distrae. Incluso las monturas pueden devorar a los orcos, una vez controlados con un flechazo certero. Es una técnica que funciona bien con la infantería más habitual en los orcos, que luchará de nuestro lado tras pasar por el estado de fantasma. Y si estás acorralado durante una pelea, puedes aprovechar el escenario con un disparo preciso para salir ileso (hay barriles explosivos, fogatas, muros en ruinas o jaulas con leones).

Con todo esto lo cierto es que se muere bastante rápido en este juego lleno de acción, o al menos es lo que le pasa a un héroe inexperto al que dejan en medio de la acción durante una sesión de pruebas... Pero lo mejor es que puedes ver cómo va cambiando el juego conforme avanzas. Recuerdo un momento en el que un orco de nivel 1 llamado Flak me mató accidentalmente porque me propinó el golpe definitivo durante un caos de pelea. En la pantalla actualizada de vista general de los guerreros orcos, promocionó inmediatamente a nivel 7, se convirtió en un armero y ahora tiene muchas más opciones de convertirse más adelante en un líder militar. Incluso me contó todo eso de viva voz, chuleándose, durante la escena de corte que siguió a mi asesinato. Bien jugado, Monolith.

Pese a unas impresiones casi sorprendentemente positivas durante toda la partida, quedan algunas cuestiones por resolver. ¿Cómo de grande es realmente el mundo de juego de Mordor? Monolith no quiso aclararlo. Del mismo modo, el gancho de la historia para los nuevos en este universo será inferior, aunque se trate de un aspecto de la fantasía de Tolkien relativamente desconocido para todos. Funciona sin tener ni idea, pero es mucho mejor y más interesante para los fans del autor. De todos modos, como es acción de la buena y contundente en un mundo abierto, ya lo tenemos en nuestra lista de prometedores para el otoño, como fans de El Señor de Los Anillos ¡y como fans de los buenos juegos de acción!