Español
Gamereactor
avances
Max: The Curse of Brotherhood

Max: The Curse of Brotherhood

Nos pasamos tres niveles del prometedor puzle plataformero con sabor clásico de Press Play para Xbox.

Suscríbete a nuestra newsletter

* Campo obligatorio
HQ

A veces, jugar un videojuego es simplemente una delicia.

Por supuesto, y más tras lo visto en los últimos años, el de los plataformas '2,5D' con puzles ambientales es un sub-género que, cuando está bien hecho, fácilmente se convierte en todo un placer para cualquiera que lo experimenta. Aquellos pocos que vacilaron en su ejecución cayeron pronto en el olvido.

Uno de ellos bien podría ser Max & The Magic Marker, el original de 2010 al que sucede The Curse of Brotherhood como completa reconstrucción o re-imaginación.

Según los creadores del juego, el atractivo concepto que ponía al chaval rubio a usar un rotulador mágico para dibujarse un camino y salir de cada problema fallaba en su ejecución. El rotu y su posibilidad de dibujar cualquier cosa, en cualquier lugar, se convirtieron en un solucionador de problemas omnipotente. Simplemente el juego no tenía ningún reto.

Publicidad:
Max: The Curse of Brotherhood

Así que, de vuelta a la mesa de dibujo. Los entornos estilo 'sandbox' y los puzles de solución abierta han cambiado ahora para contar una historia de rescate más directa, mediante niveles de varias fases con más puzles que colores hay en una caja de Plastidecor. Han capado los poderes del rotulador, de modo que sólo ofrece un puñado con los que jugar, y que además se desbloquean durante el transcurso de la aventura. Finalmente, las interacciones con el entorno mediante el marcador están limitadas a puntos específicos en cada nivel.

Son cambios para mejor. Lo pasamos genial jugando tres secciones durante nuestra sesión de pruebas de una hora con el juego.

La propuesta que hay detrás de la premisa del juego es breve y va al grano; Max conjura un hechizo que encontró online para deshacerse de su hermano pequeño (parece que internet es tan mala para la brujería temeraria como para el porno), y al ver cómo desaparece el chaval a través de un portal, salta inmediatamente tras él para deshacer su metedura de pata. Está bien que esta decisión en una fracción de segundo te cuente todo lo que te hace falta saber sobre su personalidad.

Publicidad:

La siguiente escena de corte es igual de contundente. Se detecta cierto olor a Pixar aquí en las composiciones de los planos y el seguimiento de la cámara, por no hablar del diseño de personajes. Para empezar, nos dejan en un vasto desierto que se extiende hacia el fondo, y al cruzar numerosas rocas, en el fondo más cercano aparece una pesada bestia paseando con el hermano de Max entre sus garras. Pese al peligro al que se expone nuestro coleguilla, es una escena bonita, así que nos tomamos un momento para absorberla.

Más tarde, cuando nos topamos con el oasis de un árbol descomunal inexplicablemente arraigado al centro del desierto, la cámara se echa hacia atrás, no sólo para capturar el impactante mar de verdura en medio de las dunas, sino también para enfatizar lo pequeño que es Max en este paisaje extraño.

Max: The Curse of Brotherhood

En un momento llegamos a la altura de la criatura, lo bastante cerca como para distraerla. Obviamente, decide salir detrás nuestra.

Los responsables del juego pretenden llenarlo de estas escenas de escape, obligándote a acelerar el ritmo y a calcular tus saltos y escaladas entre plataformas con precisión para evitar la muerte. La causa de la huida de Max en cada circunstancia cambiará. Como con el diseño de puzles y niveles, el equipo está intentando que cada lugar y problema difiera del anterior. La noción de repetición es cosa rara aquí.

Puede que consigan su objetivo. Luego pasamos de la apertura del juego, dedicada a presentar los poderes del rotulador -una especie de abuela zen que decide habitar en el instrumento y ayudar a Max a salvar a su hermanito del villano del lugar, Moustacho- a un desfiladero boscoso cubierto por ríos y cascadas, y finalmente al vientre del castillo de Moustacho, donde también debes dirigir a tu hermano, quien ya está rescatado pero atrapado en una jaula esférica, a través de peligros cubiertos de lava.

A cada rato, nos vamos encontrando con situaciones que requieren el uso del marcador, cuyos poderes oscilan entre comandar los elementos de tierra, agua, fuego y por el estilo. Los puntos en los que usar cada uno están codificados con colores, mientras que mover el cursor del rotulador con el stick derecho sobre dichos puntos destaca un círculo brillante a su alrededor, con un tamaño que indica cuánto poder se puede aprovechar (dibujar) de ese punto.

Max: The Curse of Brotherhood

Puedes dibujar mientras quede poder para gastar, y algunas cosas dibujadas pueden tomar la forma de tu boceto. Por ejemplo, las ramas o los chorros de agua se pueden curvar, las enredaderas torcer para cubrir salientes cuando se formen.

Lo que no puedes hacer es revertir lo que has dibujado, sólo borrarlo completamente para empezar otra vez. Esa habilidad también empieza a tener efecto sobre las soluciones; borrar una plataforma de roca para que pase un enemigo, luego volverla a esbozar cuando pasa para atraparlo, o cortar las ramas creadas para que caigan sobre los salientes más abajo y formen pasarelas.

La limitación de poder significa que pronto no habrá una creación que por sí sola te permita avanzar, requiriendo que averigües qué combinaciones funcionan. En un rato estábamos dibujando varios canales de agua para deslizarnos y esquivar tocas en una catarata y caer a salvo, o ligando una enredadera a una rama dibujada, para luego cortar la segunda por la base para que quedara colgando, y luego cortando la primera para que todo cayera en algún lugar de utilidad. Si eso te suena un poco a Cut the Rope, espera a ver algunos de los puzles del castillo.

Max: The Curse of Brotherhood

Un pequeño problema que hemos tenido es que, aunque los escenarios están coloridamente detallados, en ocasiones se ha hecho complicado advertir qué había que hacer exactamente. No vimos una cámara junto a un acantilado cuando nos perseguían al principio, ni tampoco dos cornisas que había que unir con una rama. Sin embargo, nos han soltado literalmente a mitad del juego. Las señales serán más obvias cuando sigamos el camino correcto y directo de la historia y aprendamos en qué nos tenemos que fijar.

Y estamos deseando hacerlo. Lo que hemos probado, quitando pegas triviales, es todo un placer de juego. Directo y sencillo, pero con el suficiente esfuerzo mental como para causar deleite y gusto al resolver un puzle. Aunque el juego no esté diseñado para más de una vuelta, esa partida ya merecerá el precio de la entrada en 2014 (en Xbox 360 o en Xbox One).

HQ
Max: The Curse of BrotherhoodMax: The Curse of BrotherhoodMax: The Curse of Brotherhood

NOTA: no es la primera vez que probamos este juego. Si quieres otro punto de vista y/o más información, consulta nuestras impresiones de abril.

Contenido relacionado



Cargando más contenido