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Análisis de Minecraft Dungeons

¿Hasta dónde puede dar de sí Minecraft si se sale de su cuadrícula?

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¿Qué hacer cuando el suelo es lava y, al mismo tiempo, te atacan decenas de enemigos y un jefe te bombardea desde la distancia? Pues, por ejemplo, ordenar al mago que cree círculos curativos, a un par de guerreros duros atraer los golpes de las masas para dejar otras zonas más seguras y a los arqueros descargar contra el monstruo una vez garantizada su posición.

Si te van los juegos del tipo Baldur's Gate: Dark Alliance, Victor Vran y Diablo, vas a cogerle muy rápido el punto al nuevo Minecraft Dungeons. Que su mundo a base de cubos no engañe a la vista, pues no es una aventura de supervivencia o una expansión de Minecraft, lo que llega es un título completamente independiente en el que irse de batallas con amigos en busca de cofres. Existe una historia que enlaza todo lo que está sucediendo en torno a Arch-Illager y el Orbe de la Dominancia.

Pero la trama no es más que el lacito que sirve para sostener el envoltorio bien cogido. De vez en cuando te ofrece que le pides a un juego que tiene un buen relato, pero aquí lo que importa es pasárselo bien jugando y, si es posible, en compañía. El multijugador es la clave y hay tanto el online habitual de hoy en día como local a pantalla partida. Además, para quienes quieran llevar su propio registro, ofrece perfiles individuales separados.

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Cada jugador escoge un personaje con un aspecto distinto, aunque en el fondo son todos iguales. Siguen los cánones de la fantasía, recreados a partir de piezas de Minecraft. Incluso da la opción de elegir a Steve. Esta estética y todo visual es también común a todos los mundos de juego, aunque la clave está en ver cómo este formato gráfico primitivo se mezcla con criterio con la alta resolución y efectos modernos. Hay títulos retro y títulos modernos en este género, pero ninguno que tire por una mezcla con este criterio.

Eso es bueno y malo al mismo tiempo, aunque por desgracia al final se acaba inclinando la balanza del lado negativo. Hay escenarios con un diseño fantástico en los que se pierden muchos de los detalles implantados, a veces confundidos con los fondos y las plataformas de superficie por falta de contraste. Es lo que tiene que todo esté construido usando piezas estándar. Al menos consigue que cada situación sea menos obvia y predecible, que hoy en día no es poco. También juega alguna mala pasada la generación aleatoria de superficies, pues produce algunas áreas excesivamente vacías que llevan a nada.

Esa herencia Minecraft ha dado a los diseñadores un abanico inmenso de temáticas a tratar y las han aprovechado muy bien para aportar variedad y riqueza ambiental. Puede que sean los entornos de siempre, como lava, cueva, pantano o campo de calabazas (¿para cuándo un campo de sabrosos calabacines?), pero cada uno tiene su sello. Por supuesto, escenarios repletos de enemigos que van a ser fácilmente reconocibles por los jugadores habituales de los trabajos de Mojang.

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Cuando llevas un rato jugando empiezas a apreciar una decisión de diseño muy bienvenida, que todo sea directo. Es todo un logro que hayan podido condensar tanto en una experiencia tan reducida y, a la par, optimizada para que cualquiera pueda ponerse a los mandos sin sufrir. Nos referimos a algo tan simple como, por poner un ejemplo, las pociones para rellenar vida. En vez de tener que ir a buscarlas a una tienda, adquirir una cantidad máxima que se agota (si no hay más de un tipo) con los recursos disponibles y después ir midiendo su uso, aquí sencillamente tienes una poción infinita de acceso rápido y tiempo de recarga. Un tiempo largo, claro, así que hay que hacer uso tácticamente. Y hablando de vida, cuando un jugador cae, otro compañero de equipo puede resucitarlo.

En Minecraft Dungeons no pierdes ni un minuto navegando por menús tediosos para ver qué hacer con las pociones o con otros ítems. Y como esto, todo lo demás, pensado para jugar, jugar y jugar. Claro que es un juego de lootear y que te vas haciendo con un montón de equipamiento y armas que no necesitas, pero puedes venderlas por dinero al instante con tan solo pulsar un botón. Y además te devuelve los puntos de experiencia que hubieras invertido en esas piezas para usarlos en las nuevas. Esta opción de montar y desmontar anima mucho a probar configuraciones distintas y a hacer experimentos, porque si no sale bien no pierdes nada. Tiene muchísimo sentido en el multijugador, pues no siempre hay ganas de esperar a que los otros mareen la perdiz con su equipo.

Como todos los personajes son idénticos por dentro, son estas piezas de equipamiento las que determinan de qué es caza cada cual, así que es importante coordinarse entre todos. Vais a necesitar un healer que cure, al menos un par con ataques a distancia y viene muy bien tener un par de ases en la manga en forma de artefactos. Como estos menús al vuelo son tan directos el planeamiento se puede desmoronar, pero cada vez que acaba una pantalla se abre un menú general en el que poner de nuevo las ideas en orden y también en común de cara a la siguiente incursión.

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Otra decisión que hay que tomar antes de empezara es la del nivel de dificultad. El propio título hace una recomendación basada en la party que entra en escena, pero nuestras sensaciones son que esta es bastante baja y se puede ir un poco más arriba, al menos en caso de jugadores expertos. Nos lo hemos pasado mejor y, de paso, las recompensas han sido de mayor calidad. Es de ese tipo de juegos que puede dar mucho de sí si encuentras a la gente adecuada con la que conectarte cada día, hasta llegar a los niveles más elevados y pasarlas canutas.

Al final, lo mejor y lo peor de Minecraft Dungeons tiene el mismo origen, estar tan hiper-optimizado. Porque lo mismo que te sientes cómodo con un planteamiento tan esbelto y agradeces que no te robe el tiempo, le pides un poco más de profundidad. Especialmente en lo que se refiere a darle un poco de sentido a tu personaje, si tantas horas vas a pasar con él de la mano. Que pase de ser un curandero semi-inmortal a un tanque en 30 segundos le quita personalidad. Aquí es donde se echan de menos las clases puras y sus habilidades asociadas.

Que la palabra Minecraft en el título no sea una barrera para quienes no están apeados a esa licencia, como sí va a ser un gancho para esos 200 millones de jugadores que lo han probado alguna vez en esta década. Porque Minecraft Dungeons es una aventura en sí misma con la que pasarlo bien con amigos de forma rápida y espontánea. Con sello propio, claro está, pues ese estilo ya es inconfundible.

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07 Gamereactor España
7 / 10
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Excelente sistema de menús, gran cooperativo, diseño inteligente, divertido luchad contra los jefes, su multijugador local es un acierto.
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Nivel de dificultad estándar demasiado bajo, a veces se pasa de directo, gráficos poco claros.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Jonas Mäki

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