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Monster Hunter Generations

Monster Hunter Generations - impresión final

¿Qué hay de nuevo, viejo?

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Jugar a Monster Hunter Generations se asemeja mucho a volver de vacaciones a un sitio en el que ya has estado. Efectivamente, son vacaciones y sabes que descansarás, te lo pasarás genial y que probablemente vivas alguna que otra experiencia que no has vivido anteriormente. Pero obviamente, ya has estado allí. De hecho, podríamos decir que el apartamento es el mismo, pero con diferentes muebles, por lo que cuando llegamos ya tenemos automatizadas en la cabeza, de la vez anterior, una serie de tareas que tienes que hacer, impepinablemente, antes de ponerte el bañador y salir a coger olas. Digamos que es la parte rollo de las vacaciones, la que sabes que te vas a encontrar. Abrir las ventanas para airear la casa, abrir la llave del agua y los grifos para que corra un rato, deshacer las maletas, comprar la comida que vas a necesitar esos días... Todo eso mientras sabes, claro, que la playa, las olas... la diversión, está ahí fuera.

Nuestras primeras horas con Monster Hunter Generations, la nueva entrega de la gallina de los huevos de oro de Capcom para Nintendo 3DS, han sido un poco así. Hemos encontrado un buen puñado de detalles nuevos en el juego que lo convierten en una experiencia cada vez más redonda, pero es en sus primeros compases, especialmente para los jugadores más veteranos, donde el tedio puede desesperar a más de uno: volvemos a encontrarnos con los viejos tutoriales que encontramos en Monster Hunter 4 Ultimate, pero también en Monster Hunter 3 Ultimate. Así pues, hemos pasado nuestras primeras horas recolectando setas, minerales, hierbas y bichos, como parte de ese inevitable tutorial para acceder a las misiones más interesantes del modo historia, es decir, las de cazar bichos.

Pasado ese tedio inicial, lo cierto es que Monster Hunter Generations sabe presentarse familiar con el jugador, encontrando un equilibrio entre lo ofrecido en las dos entregas anteriores: los nuevos escenarios no son tan verticales como en 4 Ultimate, pero siguen presentando ligeros desniveles para poder subirnos a los lomos de los monstruos para infligir mayor daño; también de este juego conserva la idea de ofrecer 4 aldeas diferentes al jugador, con diferentes NPC y asociadas a un entorno concreto. Esto deriva en misiones secundarias diferentes que nos ayudarán a mejorar cada asentamiento y que en cierto modo sirven para que nos familiaricemos con las mecánicas específicas de cada uno: beber bebidas frías en el desierto, bebidas calientes en entornos helados, etc.

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El acceso a estas nuevas aldeas se realiza en los primeros compases del juego, lo cual nos ha parecido un acierto, ya que da una mayor libertad a la hora de desarrollar nuestro equipo. Aunque a nuestro parecer tiene un contrapunto: aumenta el número de misiones de rango bajo, lo que hace que la toma de contacto con cada una de estas localizaciones vuelva a hacerse tediosa: ¿cuántas veces puedes cazar 10 o 20 wyverns pájaro sin perder la paciencia y tirar la consola por la ventana?

No obstante, todo eso se olvida cuando te vuelves a ver con los bichos grandes, cuando, siguiendo con las analogías vacacionales, sales a la playa con tu tabla y hay día de olas. Además, en esta ocasión Monster Hunter Generations ofrece desde el principio la posibilidad de elegir entre 4 estilos diferentes de caza, los cuales llevan asignados un número determinado de ataques y técnicas a realizar. El estilo del gremio es el más versátil, permitiéndonos usar dos técnicas especiales; el estilo ariete permite realizar un gran número de técnicas más rápidamente; el estilo aéreo, nuestro favorito hasta ahora, nos permite dar saltos libremente, esquivar en el aire y apoyarnos en barriles, aliados y enemigos para dar grandes saltos y montar a nuestros enemigos, convirtiendo el juego en algo mucho más ágil; por último el estilo sombra, el más complicado, permite esquivar y bloquear ataques en el último momento para realizar contraataques devastadores.

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Más allá de los estilos de caza, que se pueden cambiar en cualquier momento permitiéndonos experimentar en cada misión cuál es el que se ajusta mejor a nuestra forma de jugar o al monstruo en concreto al que nos enfrentamos, son las técnicas especiales asociadas a estos estilos y a las armas el elemento que hemos encontrado más desequilibrante: básicamente, podremos asignarnos técnicas que podremos utilizar al llenar un medidor y que nos permitirán hacer todo tipo de cosas: desde realizar ataques demoledores a correr sin gastar energías al huir de un monstruo o realizar un contraataque especial en el momento adecuado para noquear a una presa especialmente huidiza.

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Otra de las nuevas adiciones es la posibilidad, no ya de reclutar felynes para que nos acompañen (hasta un máximo de dos en nuestras cacerías), sino también realizar misiones específicas para estos combatientes gatunos. Se sienten diferentes, ya que no poseen la fuerza de un cazador, obviamente, pero tienen otras ventajas como no necesitar herramientas para extraer elementos o poder utilizar habilidades de apoyo para ayudar a nuestro cazador. Es un añadido más curioso que importante, pero como todas las novedades que Capcom ha incluido en Generations, da empaque a un juego que ante todo abruma por la ingente cantidad de contenido que ofrece, más incluso que sus predecesores: a las misiones del modo campaña, las misiones de la arena y las misiones del gremio, se le añaden las que nos encargan los habitantes de las aldeas, las exclusivas de los felynes y las de entrenamiento para perfeccionar nuestro uso de las armas, los estilos de caza y las técnicas especiales. Y a eso hay que añadir la personalización de nuestro equipo y el de los felynes que nos acompañan. Monster Hunter literalmente no deja parar al jugador.

Quizás la nota negativa a este inicio de vacaciones entre wyverns y farmeo para nuevas armas es el reciclado de ciertos elementos, como escenarios y gran parte del bestiario. Algo que puede, de nuevo, hacer aparecer el tedio especialmente en los cazadores más veteranos (¿cuántas veces más queremos cazar un Gran Jaggi?). Y aun revisitando viejos entornos y cazando viejos monstruos, Generations nos ha parecido el Monster Hunter más divertido de jugar hasta la fecha, el más ágil y el que más posibilidades ofrece al jugador.

Llega a las tiendas españolas el 15 de julio, en pleno verano, aunque ya hay formas de hacerse con una demo algo más corta de lo que hemos jugado nosotros. Nosotros ya hemos abierto las ventanas, dado la llave del agua, llenado la nevera y ya estamos con los pies metidos en el agua. Cuando nos lancemos de pleno os traeremos nuestro análisis pero por ahora Monster Hunter Generations promete ser un juego fresquísimo para el verano.

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ANÁLISIS. Autor: José Luis Villalobos

10 megapociones, 10 pociones, 10 partes de miel, 10 carnes al punto y 20 piedras afiladas. Un par de trampas, bolas de pintura y somnífero. Un arma bien afilada y quizás otros tres amigos. ¡Que empiece la cacería!



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