Mythic Quest: Temporada 2

Dos meses después de volver a Apple TV+, Mythic Quest ha dado por concluida su segunda temporada, una tanda de capítulos que esperábamos que no cayera en la misma trampa de los altibajos de la primera temporada. A lo largo de los últimos nueve episodios de esta comedia que gira en torno a un equipo de desarrollo ficticio que trabaja en un MMO, la situación se ha vuelto a repetir, provocando que hubiera momentos genuinamente fantásticos, pero también mucho relleno mediocre de por medio.

Sin adentrarnos mucho en terreno spoiler, la historia de la segunda temporada muestra, principalmente, al Ian de Rob McElhenney y a la Poppy de Charlotte Nicado enfrentados entre sí, ya que las responsabilidades de ser codirectores creativos acaban creando fisuras en su relación. No hace falta decir que este problema genera una extraña dinámica en el estudio de Mythic Quest durante gran parte de los capítulos, cambiando el tono cómico por pequeñas disputas y, francamente, si no fuera por F. Murray Abraham, David Hornsby, Danny Pudi y Jessie Ennis, la serie podría resultar hasta agotadora.

Si tenemos en cuenta el tipo de humor y las actuaciones cómicas de las que sabemos que es capaz McElhenney, el Ian de esta temporada es una decepción. La inmensa mayoría del tiempo que el personaje tiene en pantalla nos lo muestra actuando como un niño emocional que no puede evitar ser mezquino una y otra vez. Hay momentos en los que vemos pequeños destellos del humor mostrado en los últimos episodios de la T1, pero, en su mayor parte, este Ian no está a la altura.

De hecho, esto se extiende también a Poppy, que no tiene mucho tiempo en pantalla que resulte verdaderamente interesante a lo largo de estos 9 episodios, centrando gran parte de lo que hace en patéticas discusiones, y de lo más infantiles, con Ian. Extrañamente, tanto Poppy como Ian acaban pareciendo personajes secundarios, lo que hace que la excelencia de C. W. Longbottom, Jo, David y Brad, que se alternan increíblemente bien, sea aún más importante.

Uno de los mejores capítulos de esta temporada, y de todo Mythic Quest por ahora, es uno retrospectivo que se centra en un joven C. W. y en cómo se convirtió en el hombre que es a día de hoy. Todo el capítulo está repleto de emoción, humor y personalidad y es un excelente ejemplo de lo que puede llegar a ser esta serie, aunque solo sea durante un breve momento que brilla en medio de un tono general bastante corriente.

En cuanto a los otros dos personajes cruciales, la Rachel de Ashly Burch y la Dana de Imani Hakim, la pareja pasa la temporada desarrollando sus identidades. Durante los nueve episodios, Dana se esfuerza por convertirse en algo más que una tester y a Rachel le cuesta aceptarlo, hasta que finalmente escucha los consejos de otros empleados de Mythic Quest para ver a dónde la puede llevar su futuro. Ninguna de las dos destaca especialmente, pero tampoco decepcionan.

Siendo una serie que gira en torno a un equipo de desarrollo de videojuegos, la temporada dos de Mythic Quest hace un trabajo fantástico manteniéndose alejada de las conversaciones sobre desarrollo e industria. Hay momentos en los que llegamos a explorar la sala de captura de movimientos del estudio (con una actuación de Snoop Dogg incluida), y algunas otras ocasiones que recuerdan que esto es una serie sobre una compañía de videojuegos. Pero, en su mayor parte, ese aspecto de Mythic Quest parece pasar a segundo plano, siempre y cuando no tengamos en cuenta las vagas transiciones entre escenas con tráileres cinematográficos de juegos como Assassin's Creed Valhalla, World of Warcraft o The Elder Scrolls Online.

Aun así, Apple ha derrochado suficiente dinero en esta serie como para conseguir una producción de calidad, lo suficiente como para que Mythic Quest no parezca una tarea hecha a desgana. Pero, no es más que eso. La temporada 2 conforma una serie perfectamente buena que no se atreve realmente a alcanzar las y mantener las cotas que le hemos visto que puede alcanzar. Parece estar más que satisfecha tal y como está y, por eso, estamos ante una serie que no decepciona por completo, pero que rara vez te sorprende o te da motivos para engancharte a fondo.

Dicho esto, el final, del que no voy a hablar, me ha hecho volver a ilusionarme con su futuro. Hay una oportunidad ideal para que los creadores exploren algo atrevido y se quiten la mediocridad de encima. Pero, si las dos últimas temporadas me han enseñado algo, es que probablemente no lo harán. Espero que los creadores, Charlie Day, Megan Ganz y McElhenney, puedan demostrar que me equivoco cuando lancen la tercera temporada de Mythic Quest en la plataforma de streaming de Apple.