Narita Boy - impresiones

La informática se convierte en el escenario de un viaje del héroe que debe salvar el mundo que tantas horas le ha entretenido: El Reino Digital. El acabado visual imita a los monitores CRT, asociados con los ordenadores de los años 80 y 90; lo cual se puede desactivar en opciones de video y audio, pero es un primer puntazo.

En los primeros niveles de Narita Boy te adentras en un precioso universo con estilo pixel art, donde destacan las luces y colores, mediante un alto ritmo de juego y una música techno ochentera. Es un videojuego con magia en sus detalles y animaciones, al menos lo que hemos podido ver en sus primeros compases.

Un joven gamer de los años 80 debe viajar a la creación de un autor secuestrado en su propia obra. El triunfo del mal amenaza al Reino Digital, regido por el Tricroma. El poderoso código Stallion, el malvado Him y sus hackernautas quieren hacerse con el reino. Con este objetivo, borran las memorias de su creador, para que ni él mismo pueda parar su avance. Motherboard será la guía en esta historia con un sinfín de referencias informáticas y con un mágico software que necesita que lo salves de la maldad que intenta dominarlo.

Hasta donde hemos podido avanzar en Narita Boy para este avance, los mapas conectados y complejos implican conocer el espacio de cabo a rabo y utilizar todas las mecánicas que se van desbloqueando para ganar combates. Las primeras misiones requieren mucha concentración para descubrir el mundo que se presenta, las complejas luchas con los primeros bosses se contrastan con la calma que dan las primeras memorias que desbloqueas del creador.

Para abrir las primeras puertas debes recordar símbolos tricromáticos y reproducirlos en una secuencia a modo de microjuego. Lo anterior, en un principio, lleva a tener que conocer los primeros paisajes y saber dónde está cada cosa en el mapa.

En los primeros niveles de Narita Boy lucharás con jefes como Lord VHS, Glaucoma o Black Rainbow, destacados por sus propias mecánicas de combate en fases, teniendo que descifrar lo que hacer para que no te maten sin inmutarse, usando todo tu potencial.

Debido a estos enfrentamientos destacados, Narita Boy esconde más complejidad de la que puede aparentar, al menos en los primeros niveles. Recuerda, en un primer contacto, a Ori The Blind Forest y a Castlevania; se adquieren rápido sus mecánicas, ya que no son nuevas para quienes llevan años a los mandos o teclados, pero los primeros niveles implican conocerlas todas para vencer dentro del escenario y el lore planteado.

Aún nos queda mucho de Narita Boy por descubrir y los primeros niveles dejan con ganas de seguir jugando y de ver la evolución del héroe en este peculiar mundo digital. De momento podemos confirmar que apunta al corazón de la nostalgia de los videojuegos, abriéndose a nuevos jugadores que puedan sentirse parte de la historia que representa Narita Boy. Saldrá en consolas el 30 de marzo y antes os ofreceremos un análisis completo en Gamereactor.