Valiant Hearts: The Great War - impresión final

Dando una vuelta por las redes sociales el mes pasado me topé con un enlace a un artículo titulado "20 Photos that Change the Holocaust Narrative" ("20 fotos que cambian el relato del Holocausto"). Son instantáneas empleadas para sacarnos de la rigurosa imaginería con la que la historia definiría aquellos tiempos, ampliando las lentes para que recordemos la gente que sufrió, vivió y amó durante aquellos años. Volviendo a prender el contexto emocional donde una vez hubo observación objetiva.

Me he acordado varias veces de esas imágenes durante mi tiempo de pruebas con Valiant Hearts, la aventura de puzles 2D firmada por Ubisoft Montpellier (Rayman Legends) que trata sobre la Gran Guerra -subtítulo usado por su precisión histórica más que para glorificar el período- durante el transcurso de un año y desde cuatro perspectivas distintas. Lo que más llama la atención es que, si bien verás muerte y destrucción, no llegarás a disparar una sola bala, ni a matar a una sola persona. A veces te reirás. Otras, te sobrecogerás ante ciertas visiones. Aunque la comunicación entre los personajes se produce principalmente a través de pictogramas que sirven de ayuda para los rompecabezas, todos parecen tener bastante personalidad. Aunque los gráficos sean de estilo cómic o dibujos animados, todas las personas y sucesos parecen reales. Es una interpretación artística de la realidad, un retrato de la vida humana durante un conflicto que engulló el mundo.

"Es un videojuego sobre la guerra", asegura el productor asociado Gregory Hermittant. "No un juego bélico". Ahí está la diferencia principal. Esto no es Contra disfrazado de la Primera Guerra Mundial. Repetimos: no dispararás ni una sola bala durante todo el juego. Teniendo en cuenta la trayectoria del estudio, quizá no sorprenda que hayan seguido este rumbo. Este es el equipo que trató sobre política y propaganda con una cámara y la verdad como únicas armas, cuando la periodista investigadora Jade vivió su aventura Beyond Good & Evil en 2003. Una distinción similar deja huella en Valiant Hearts. Incluso en el tutorial de apertura del juego, cuando arrancan al agricultor Carl de su familia y lo reclutan a la fuerza para unirse al ejército. Cuando tiene que aprender cómo se ataca a los soldados enemigos sobre un maniquí en el campo de entrenamiento, nunca utiliza la bayoneta de su rifle, sino que aparta a su rival de un codazo. Cuando toca enfrentamiento real con el enemigo, puedes noquearlos para pasar desapercibido, pero no matarlos. Y aun así verás cómo pelotones enteros son masacrados por el fuego de las ametralladoras, contemplarás cómo el fuego de la artillería reduce a cenizas todo un campamento. Puede que tú contengas tu violencia, pero ni el juego ni la historia lo harán.

Mientras que los personajes con los que vives estos sucesos son ficticios, las situaciones sí que se basan en hechos reales. Cada sección de los capítulos viene con una carpeta de textos que detallan elementos clave de esa interacción en particular, con una lectura que da que pensar. Un juego sobre la guerra. No un juego bélico.

El juego maravilló en la cita DigiDays cuando Ubisoft lo enseñó por vez primera, únicamente ensombrecido por el excelente y recién lanzado Child of Light. Pero si en los créditos de ese aclamado RPG verás un montón de nombres, en Valiant Hearts encontrarás un sólo nombre responsable del apartado artístico, y sólo un puñado de personas encargadas del resto de la producción. Está siendo un proyecto de pasión y amor. Originalmente un proyecto a desarrollar durante los descansos para comer por parte de uno de los empleados del equipo de Montpellier, que jugueteaba con el UbiArt Engine, la obra fue creciendo según se iban uniendo otros interesados a este 'hobby', hasta que evolucionó y se convirtió en un proyecto de juego completo. Se trata de un pequeño título con sabor indie para exprimir los jugos creativos que fluyen entre las súper-producciones. Tras ponernos unos auriculares y jugar sobre una hora en las oficinas de Ubisoft, es fácil adelantar que este juego nos dejará la más memorable de las impresiones cuando salga en un mes.

El juego va pasando de uno a otro de los cuatro personajes protagonistas, siguiendo su progreso y eventual cruce con un mapa y con una voz de narración entre los capítulos, siempre enlazados en su relato con acontecimientos concretos de la Primera Guerra Mundial. Es un ritmo más lento que puede no parecer el más apto para esta temática, pero que lo es en su contexto adecuado.

Si bien algunos de los puzles que nos encontramos llevaron un rato hasta que los resolvimos, no escalarán en complejidad con el avance del juego. Se trata de una decisión tomada a conciencia por el equipo, pues opinan que es más importante que "todo el que lo juegue" experimente la historia hasta el final. Por suerte, esta narración está elaborada de tal forma que nos sentimos completamente implicados, con una resolución de puzles lo suficientemente evasiva como para que sigamos dándole al coco... en lugar de preocuparnos sobre cómo va a ser el final.

Cada uno de tus personajes controlables cuenta con un conjunto de habilidades particular, a medida de su historia personal. Al principio capturan a Emil y el enemigo le pone a hacer trabajos pesados, pero en su huida emplea sus instrumentos de cocina para abrirse camino a través de túneles derrumbados. Anna es una médico que debe reunir equipamiento, explorar los alrededores para dar con desechos del campo de batalla, recolocar huesos y coser heridas mediante un mini-juego basado en el tiempo. Con ella presenciamos una primera muestra de la destreza con la que los desarrolladores exhiben el espectro completo de emociones que se produce con la guerra. Anna se fuga de París en un taxi robado, como parte de una flota que transporta a soldados hacia el frente de batalla. Es un momento que no detallaremos más, pues, como pasa con el resto de Valiant Hearts, merece la pena vivirlo en primera persona la primera vez que juegas.

El soldado americano reconvertido a voluntario de la legión francesa Freddy es probablemente lo más que te acercarás a un rol tradicional; puede cortar el alambre de púas y es un manitas con las granadas. Aun así, lo que le mueve para unirse es personal, una necesidad de venganza que se va revelando poco a poco mediante breves escenas de corte. Finalmente está Walt el perro, que en cierto modo enlaza a todos estos personajes como el mejor amigo del hombre. Durante nuestra corta sesión de pruebas, el can se convierte en una parte esencial de la resolución de puzles, con simples órdenes para mandarle que se siente o que investigue el escenario. Es completamente opcional darle una palmadita cada vez que vuelve a tu lado. Dice mucho de cómo nos ha llegado el juego con esta primera hora que nos aseguráramos de acariciarle la cabeza cada vez que podíamos.

Valiant Hearts: The Great War saldrá a finales del mes que viene. Como con Child of Light, creemos que va a ser muy fácil recomendarlo cuando lo pongan a la venta. Y tenemos claro que destriparemos lo mínimo posible hasta que tengáis la oportunidad de experimentarlo por vosotros mismos.